El síndrome del impostor forma parte de muchas personas, y en el entorno creativo hay mucha gente que ha pasado por este proceso autodestructivo donde sale lo peor de cada un@.
«Eso que entrego es una mierda» o «no creo que le interese a nadie»… ¿te suenan estas frases? Yo me las he dicho tantas veces que perdí la cuenta.
Pero este autoboicot atiende a inseguridades, y a momentos de bajón emocional que abren fisuras por donde se cuelan esos fantasmas internos que llevamos a cuestas. No pasa nada por abrir este tipo de momentos complejos, es más, creo que es necesario hacerlo para purgar emociones y avanzar, crecer, evolucionar…
BSO para leer «El síndrome del impostor: cuando hablan tus fantasmas internos»
«The Ghost in you» por The Psychedelic Furs, por la sonoridad removiendo sentimientos encontrados.
Esos fantasmas interiores nos rondan a veces por amor o desamor, otras por inseguridades o bien por infinidad de circunstancias pero rara vez no tienes dentro de tí un «comecome» emocional contradictorio.
Recuerda que puedes dar al play y leer el contenido o bien leer el texto y después disfrutar de la pieza sonora sugerida. En cualquier caso no te vayas sin escuchar la canción:
¿Qué es el síndrome del impostor?
Se puede definir como un proceso psicológico en el cual no percibes las cualidades que sí tienes relacionadas con tu desarrollo profesional. Así que crees que no vales, que no eres creativ@, etc. menospreciándote al sentir que eres un fraude a pesar de no serlo.
Además, se le suma la presión continua de «dar la talla», al menos es una de mis debilidades máximas: siempre creo que no va a ser suficiente lo que hago, lo que ofrezco… ¡y es una auténtica carga emocional con la que lucho constantemente desde hace más de una década que llevo creando contenido!
Pero nunca atiende a una realidad: es una sensación personal y obviamente hay que trabajar en la raíz del problema para comprender el orígen de esas inseguridades que desestabilizan y que difieren de la realidad.
Consecuencias reales del síndrome del impostor
Desde luego, analizando esta parte personal quiero compartir contigo lo que siento a menudo, a ver si te puede ayudar a no cometer este autosabotaje.
Realmente hacer caso al autoboicoteo es un callejón sin salida que solo merma energía y no atiende a una realidad.
Entre lo que me ha generado el síndrome del impostor destaco 3 cosas:
- Tengo la sensación de no ser suficientemente profesional: esta es una lucha interna diaria, un punto que desata en mí incluso procesos de ansiedad por épocas -si estoy en un pico fuerte de encargos la ansiedad se dispara-… Es una obsesión dar la talla.
- Si gusta un contenido siempre me pregunto la razón, porque continuamente encuentro cosas a mejorar: por eso cuando entrego encargos, tras haberlos repasado una y otra vez, no los vuelvo a tocar -de lo contrario no los acabaría nunca-. Solo respiro cuando quienes me han contratado servicios me dan de paso las entregas. hasta ahora nunca me han modificado prácticamente nada de las muestras de trabajo que envío a lo largo del proceso creativo, un dato revelador que debería ayudarme a entender que la sensación que tengo no es real.
- El miedo me ha paralizado, creyendo que no sería capaz de volver a conseguir algo de tanta calidad como proyectos anteriores: me ha ocurrido un par de veces en mi vida, y tuvo que ver con inseguridades concretas que supe detectar. Lo que hice fue combatir ese miedo diciéndome «si has logrado todo lo que has conseguido para llegar hasta aquí no ha sido casualidad, ha sido esfuerzo y que vales para ello», analizando objetivos alcanzados. Funcionó.
Cómo terminar con el autoboicoteo
Si te autoboicoteas repasa todo lo que has conseguido positivo, así difuminarás los borratajos pintados por las inseguridades materializadas a través del síndrome del impostor.
Al final lo tangible, esos resultados comprobables son también pruebas irrefutables de lo que vales: repítete esto como un mantra cuando tú intentes menospreciarte o infravalorar tu potencial.
Lo que nos decimos son fantasmas que llevamos dentro, y debemos liberarnos detectando el orígen que ocasionó todo aquello. Así que solo podremos liberar los fantasmas que llevamos dentro sanando las heridas emocionales que los generaron.
En mi caso atiende a situaciones vividas en mi infancia, en un tramo de casi una década en el que sentí que no era suficiente para una parte de la familia. Aquello me dejó huella, y también me hizo ser quien soy aceptando que lo que vivimos es necesario para crecer.
Solo con el paso del tiempo y la madurez que te otorga una visión más experimentada he comprendido muchas cosas que a nivel emocional me definieron tal y como soy ahora, por lo que entender, conocernos mejor a nosotr@s mism@s y trabajar en superar esos baches es lo que permite avanzar, y en este caso detectar cuando nos vista ese otro yo bicoteador.
Sigo luchando contra esos fantasmas, que cada vez debo decirte con sonrisa hermosa en la cara que son más transparentes conforme pasa el tiempo 🙂 Espero y deseo que si te ocurre lo mismo logres que desaparezcan del todo cuanto antes. Seguimos sanando 😉