En el océano profesional conviven multitud de especies, y sobrevivir depende de cómo te plantees el funcionamiento, de los atajos que decidas o no coger y de la fauna que te rodee.
Así que tiene mucho que ver si a tu alrededor hay más tiburones o más peces y si tú eres de los primeros o los segundos.
Desde luego, cuando te ocurren situaciones complicadas es también cuando los mecanismos para salir a flote se activan, y según quienes te rodeen podrás sobrevivir o hundirte.
Dale al play y lee «El océano profesional: ¿qué eres, tiburón o pez?» con la música que te aconsejo:
MANO DE PIEDRA, tema «The Rapture» por su línea instrumental fangosa que te va atrapando como si de una persecución se tratase, combinada con una interpretación vocal rabiosa en diversos pasajes de la canción que recoge emociones perfectas para esta lectura.
Además, reescribí este artículo (original del 2013) escuchando en bucle esta pieza. La formación gallega realmente ha conseguido crear un nuevo elemento dentro de la tabla periódica del metal contemporáneo, enraizados en la agresividad del sludge metal y la fangosidad del doom metal. Te invito a leer el artículo que les dediqué en Agencia VB comunicAction donde conocerás mejor lo que hacen. Elogiados por la prensa musical especializada terminaron 2019 siendo mejor álbum estatal para muchos medios con «Today’s Ashes» que es al que pertenece este corte, por cierto.
Si quieres potenciar la fuerza del mensaje te sugiero leer este fideo de opinión dando al play ahora mismo o bien al terminar el texto. Como quieras, pero escucha para degustar el artículo de opinión al máximo posible:
El océano profesional sí entiende de especies
En el océano profesional hay tiburones y peces, y lo llevo observando en más de una década dedicada a trabajar por lares creativos (música, creación de contenido, Social Media, etc.) inicialmente desde Distrito Uve. En ese sentido, según qué influencias tengas así te irás encontrando rodeada de unos y otros.
Por eso, cuanto más arriba estés más exposición tendrás y con ello toca agudizar instinto, y también reforzar tu espalda porque habrá sorpresas tanto buenas como malas; irás encontrando tanto tiburones como peces, y de ti depende con quiénes tratar y cómo manejarte.
Ten por cuenta que seguro darás con situaciones y personas excepcionales, pero también ten presente que es bidireccional: habrá momentos y personas excepcionalmente buenas pero también excepcionalmente malas.
Detectarás tiburones queriendo comerse tu profesionalidad, o bien intentando minar tu moral o simplemente poniendo trabas sibilinas difícilmente perceptibles desde fuera para intentar hundirte, pero también habrá peces apoyando tu trabajo, nadando a tu lado para darte oxígeno y potenciando lo que haces para contrarrestar esos tiburones entre trolls y «mobbers» queriendo apagarte.
¿Qué ves a tu alrededor, compañerismo o competencia?
También le he dado vueltas a lo difícil que es mantenerse a flote en un puto mar donde las olas del cuestionamiento te empujan hacia abajo una y otra vez, para ver si te empapas de convencionalismo que mimetiza sociedades, actividades profesionales y un largo etc.
Así que en un ecosistema vertebrado por «la ley del más fuerte», donde es habitual que se perciba a gente en el mismo sector como competencia, acabas aprendiendo por las malas que por mucho que quieras trabajar sin hostilidades siempre habrá quien te sorprenda.
Solo queda aprender y evitar que te tomen el pelo, pero sin permitir que una mala experiencia borre todas las buenas que has tenido.
Desde luego en ese océano profesional inmenso, repleto de tiburones y peces, toca nadar a diario sorteando obstáculos para mostrar que se puede convivir afianzando el compañerismo por encima de la competencia sin tener que comerse a nadie.
Pero soy consciente de que en una sociedad «asalvajada» donde se aplaude la cultura de la mediocridad y el aprovecharse sin miramientos, hace difícil la supervivencia sin confrontaciones.
Aún así me quedo con el concepto de compañerismo por encima del de la competencia, y quien me intente comer simplemente se quedará atrás porque sigo nadando con fuerza para sobrevivir. En mi caso no hay mejor aliciente para esforzarme el triple que detectar tiburones merodeando.
Me gustan más los peces
Hoy es un día reflexivo, de esos que estoy atravesando desde hace algunos meses. Trabajando hacia dentro he encontrado tareas emocionales pendientes que estoy poniendo al día, y si algo me queda claro es que prefiero seguir nadando contracorriente que dejarme llevar por ella siendo devorada por la cortesía.
Sería más fácil ser tiburón, devorar para atajar y conseguir objetivos haciendo uso de «el fin justifica los medios», pero me gusta saber que si echo la vista atrás y repaso todo lo conseguido puedo decir con tranquilidad que no necesité comer a nadie: solo nadé por donde sentía que debía hacerlo y me moví por el océano profesional encontrando peces que se movían en mi misma dirección.
Una vez más ese espíritu combativo que llevo en formato tinta por el cuerpo sale a flote para recordarme que al final son los hechos los que nos definen, y es un esfuerzo constante el no caer en atajos. Un día más sigo adelante, sonriendo con cariño a quien veo en el espejo y nadando en este océano profesional donde aún quedan muchos peces valientes moviéndose desde el compañerismo. Si encuentras tiburones simplemente aletea rápido para dejarlos atrás y busca un banco de peces que te den cobijo 😉
¿Cómo te defines en el océano profesional? Cuéntame, te espero en Facebook, Twitter e Instagram.
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