De lo que más me gusta cuando llega el final del verano es que las calles se llenan de rincones donde el abrazo fuerte y sentido no falta entre personas que se han visto poco o nada en el período estival. Justo por las fechas del 23 de agosto vi a dos chicas abrazarse en la puerta de un centro comercial muy conocido, que es punto de encuentro habitual aquí en Valladolid, cuando salía de la oficina desde la que trabajo como autónoma creación de contenido en diversos formatos (Agencia VB comunicAction, Distrito Uve, Censo Riot Girl, Podcast Distriot Riot y este mismo blog personal Sopa Frita en mi Cabeza).
Estaba esperando en un semáforo en rojo para peatones y justo vi al grupo de amigas gritando, reencontrándose, sonriendo felices y abrazándose muy fuerte. Me pareció un gesto muy entrañable, y aquellos abrazos me trasladaron a momentos concretos en los que yo misma me reencontraba con mis amigas en esos largos veranos de estudiante en los que me iba un tiempo fuera de Valladolid y tras regresar de viaje, lo primero que hacía era llamar a todas para quedar lo antes posible. Los abrazos dados y recibidos, las manos entrelazadas, los saltos efusivos juntas gritando de emoción… ¿Cuántas veces nos hemos emocionado así? Solo con gente que saca lo mejor de nosotr@s, y por eso decidí escribir sobre los sentimientos despertados.
Iba escuchando la canción que voy a recomendar para maridar esta lectura, preciosas casualidades que a veces me rodean mientras voy escuchando ciertas canciones coincidiendo con situaciones que me llaman la atención, y observando aquella sincera efusividad entre dos amigas que habían quedado sonreí mientras pensaba en lo hermoso que es el cariño verdadero. Quiero compartir contigo qué pensé y sentí.
BSO para leer «Los reencuentros en el final del verano: esos abrazos que alimentan el alma»
«Stand By Me» de Ben E. King porque me parece un himno para dedicar a aquellas personas que quieres, sean amig@s o familia o pareja…
Al final los abrazos que alimentan el alma vienen de personas que nos quieren, nos respetan y que queremos y respetamos. Así que cierra los ojos, piensa en esos reencuentros bonitos que has tenido recientemente y este texto junto con esta pieza sonora imbatible seguro te sacarán una sonrisa y un pensamiento bonito hacia esa persona que hacía tiempo no veías.
Recuerda que puedes dar al play ahora y leer con la música de fondo, o bien leer y después disfrutar de la canción sugerida, pero no te vayas sin escuchar y ver porque va con la letra traducida:
Necesitamos dar y recibir más cariño
En un momento social en el que realmente se promueve la competitividad, con gente por todas partes fomentando hundir a otras personas (lee La violencia, el lenguaje de la sociedad enla era digital) y aumentando la vehiculización del odio en las calles desde escaños (repasa artículo El nazismo renaciendo: cuando se normalizan discursos de odio), ver aquel gesto de amor materializado a través de un abrazo fuerte se convirtió en un bálsamo importante.
Quizás comprendí que hay esperanza, que todavía dentro del odio predominante en la sociedad de consumo todavía hay reductos espontáneos en los que prima el contacto social de corazón: del sentido, del que nace de lo más profundo de tu ser y deja huella en quien lo recibe, en quien lo da y en quienes lo vemos.
Así que me paré a pensar también en el caracter bastante frío que tengo respecto a manifestaciones de cariño -escasas en general hacia mi familia y amig@s-, y lo bonito que resulta no serlo. Últimamente pienso mucho en el poder del amor, quizás porque me llama la atención lo que escasea socialmente hablando, y recordé en aquel instante viendo abrazarse aquellas dos amigas en cómo me hace sentir a mí un abrazo sincero de afecto -sea dado o recibido-: es mágico, piénsalo, rescata ese recuerdo de un abrazo reconfortante cuando lo necesitabas y sentías… ¡Preciosa sensación, seguro!
Recibir muestras de afecto es un bálsamo emocional que cura
Tras ver aquel gesto que me ha traído hasta este texto se puso el semáforo para peatones en verde, así que reanudé la marcha, seguí andando y escuchando la canción arriba propuesta mientras iba dándole vueltas al poder del abrazo y el sentimiento hermoso que genera tanto dar abrazos sentidos como recibirlos.
Sin duda cura, y tanto… Saber que te quieren de verdad ejerce el mayor poder de todos: el que es capaz de superar obstáculos en un alto porcentaje de casos, incluso los más oscuros y jodidos (lee el artículo La depresión: una compañera con la que he aprendido a convivir). Reconforta, da seguridad y consuela en momentos de debilidad.
Y es que tener apoyo de tu gente, y que te hagan saber que te aprecian y te quieren de verdad, supone también recibir energía de la buena, de la que te enciende y saca lo mejor de ti; sientes que tienes una mano tendida, y en los tiempos que corren de frialdad, egoísmo extremo, competitividad negativa, incitación al odio y violencia en aumento en las calles a todos los niveles cobra más sentido que nunca valorar esos abrazos hermosos que se enfatizan en el final del verano, cuando nos reencontramos con personas que nos aprecian, cuidan, respetan y quieren sin concesiones: son tesoros que hay que cuidar y gestos que hay que repetir más a menudo.